martes, mayo 01, 2007

Rumbo a Córdoba. Auto, ruta y Creedence..

De repente, de la nada, en Villa de las Rosas, aparece Macondo:


Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos.

to be continued..

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Anoche, sin más, me armé de valor y me adentré en el mundo de José Arcadio Buendía...

Roccosas dijo...

He participado en el fenómeno del realismo mágico de un modo... capilar. Estaba en la peluquería, ya de por sí una efeméride exótica, cuando la peluquera me dijo, no sin cierto pudor que su apellido era Buendía. Le dije que desde Cien años de soledad ya no era un apellido inesperado. Y no conocía el libro, de modo que le recomendé que le echara un vistazo por si su familia resultaba tan abracadabrante como la del broli. Todavía no he vuelto, de modo que no sé cómo fue su safari. Pero ahora veo tu exploración cordobesa y me doy cuenta que los caminos del realismo mágico son tan perturbadores como inescrutables. Espero seguir viendo ilustraciones serranas. Y con esos comentarios que abrigan tan poéticamente la fotografía. PauMadMan.

bubulina dijo...

bien hecho trece, cuando vuelvas a la realidad nos lo comentas...

Anónimo dijo...

Alguien me podria pasar el mail de Macondo en Villa las Rosas???? gracias